Sin duda están enterados que a partir de 2016 entrará en vigor una nueva disposición vehicular en la que deberemos realizar dos verificaciones al año, adicionales a las ya conocidas, aquí intentaremos desenmarañar la madeja para facilitar su entendimiento.
Poco antes de acabar abril, nos encontramos con la novedad de que en la Cámara de Diputados, se aprobó un dictamen que modifica la Ley de Caminos y Puentes Federales (Capufe) a partir de una propuesta hecha desde 2008. En esencia esta modificación se centra en la adición de una doble verificación anual para autos con mayor antigüedad a tres años, por lo que los autos nuevos, quedan exentos de este impuesto.
En principio es importante explicar que al final de cuentas, los propietarios de automóviles que ya cuenten con dicha antigüedad, deberán pagar 4 verificaciones al año, esto en el D.F., debido a que deberán de seguir cumpliendo con el par de verificaciones semestrales que se realizan en los distintos Verificentros de la Capital, de acuerdo con la terminación de placas o color de la calcomanía de su auto.
Hasta aquí todo normal y como lo conocemos hasta el momento, pero ahora se añaden dos procedimientos de este tipo, el primero es de carácter Federal y certifica el mismo tema que los dos primeros, es decir, la generación de emisiones contaminantes, mientras la segunda verificación busca evaluar las condiciones físicas y mecánicas del vehículo para revisar su seguridad a la conducción.
Hasta donde se ha dicho, este dictamen de ley entrará en vigor el próximo año, por lo que el gobierno deberá destinar recursos a la construcción de Verificentros de tipo Federal en donde se realizarán en a la primera de las verificaciones señaladas y la segunda requerirá que las distintas armadoras o concesionarias nacionales, cuenten con las instalaciones necesarias para emitir ese tipo de certificación.
Recordemos que el objetivo principal de este tipo de acciones es certificar que los vehículos automotores en circulación, no rebasen los límites máximos permisibles de emisión de gases contaminantes a la atmósfera, estos se establecen en las normas oficiales mexicanas vigentes y siguen una tendencia mundial que busca dañar lo menos posible al planeta.
Si las cosas en nuestro país se manejarán de manera estricta y clara en este contexto, muy probablemente la mayoría de los ciudadanos estaríamos de acuerdo pero, y sin ahondar mucho en el tema, la problemática actual en materia económica, que por un lado reporte importantes inversiones extranjeras para el área automotriz y por el otro reporta una gran inconformidad con los impuestos instaurados hasta ahora, seguramente generará que esta modificación no sea recibida de manera positiva, aunque esperamos que en realidad ayude a cumplir su objetivo principal.
